viernes, 20 de septiembre de 2013

Encuentros del SUTNA y Kraft... por un plenario único del activismo combativo

El reguero de conflictos obreros que recorre el país plantea un gran desafío para los luchadores combativos: el de unir y coordinar las peleas en curso, de manera de romper su aislamiento y lograr que triunfen.

Es que la política de los dirigentes burocráticos pasa por hacer exactamente lo contrario: ¡Dividir y fraccionar a los conflictos para que sean derrotados… actuando organizada y unificadamente con la patronal y el gobierno!

Por esa razón, casi naturalmente, cualquier trabajador sabe que la unidad en su lugar de trabajo y con otros sectores en lucha es la primer condición para salir a pelear y triunfar.

Así sucede en el cordón industrial de la zona Norte del Gran Buenos Aires -el más importante del país- donde vienen desarrollándose innumerables conflictos, como Kromberg, Impresores, Kraft, Lear, Fate, etc. ¡La unidad y la coordinación se han vuelto absolutamente necesarias!
                                                                                                 
Esta tarea comenzó a ser desarrollada por los activistas combativos y de izquierda, mediante una orientación práctica y sencilla: la de rodear de solidaridad a todas las huelgas y acciones de protesta.

A partir de esta realidad se han impulsado dos iniciativas muy importantes que, aunque incipientes, sirven para alentar la política de la coordinación: los encuentros impulsados por el SUTNA de San Fernando -sindicato de los obreros de FATE- y por los delegados Kraft.

De estas reuniones obreras salieron algunas acciones por la derogación del impuesto a las ganancias y la absolución de los petroleros de Las Heras, contra la precarización laboral, los despidos o de apoyo a distintos reclamos sectoriales.

Desde el CCUR, hemos participado activamente en cada uno de estos espacios, reivindicándolos e impulsando su continuidad. Sin embargo vemos un problema, íntimamente relacionado a la política de las organizaciones que tienen mayor peso dentro de esos encuentros: el PO y el PTS.

Ambos partidos, en vez de empujar con todo la unidad, jugándose a transformar las convocatorias en el punto de partida para la construcción de organismos de coordinación de las luchas, utilizan esos espacios con un solo objetivo, el de ganar influencia dentro del activismo mediante la autoproclamación sectaria.

Tanto el PO como el PTS privilegian el fortalecimiento de sus respectivos aparatos partidarios en desmedro de la organización, amplia y eficiente, de los luchadores y luchadoras que dicen representar. 

La conducción del SUTNA/San Fernando, que no pertenece a ninguno de estos partidos, hasta el momento tampoco ha puesto todas sus energías en el sentido de la unificación de los encuentros.

El Partido Obrero combina esta política con una adaptación -sin críticas- a las conducciones sindicales, como viene sucediendo con la del SUTNA, a la cual, meses atrás acusaba de “michelista”.

Esta realidad expresa los tremendos límites que tienen los principales partidos del Frente de Izquierda para impulsar la política -elemental- de Frente Único con todos los sectores que pretenden pelear por las mismas reivindicaciones y contra los mismos enemigos.

Algo similar a lo que hacen con el propio FIT, negándose a abrir sus puertas para permitirle la incorporación a todos los grupos y dirigentes dispuestos a sostener su programa.

Más allá del derecho que tienen a disputar la simpatía y adhesión del activismo, deberían tener en cuenta una premisa básica: ¡Las bases reclaman de ellos algo más… que trabajen para lograr la unidad en la lucha, que es la que sirve para ganar!

Por todo esto, la división de los encuentros y plenarios -para medir fuerzas- es un verdadero crimen político, que boicotea la posibilidad de construir una herramienta capaz de organizar al conjunto de los luchadores, la mayoría de los cuales ya han pasado en limpio a los dirigentes vendidos y reclaman un lugar para enfrentar a la patronal y al gobierno.   

¡Los cientos de miles de trabajadores votaron al FIT en las elecciones, ahora están estudiando su conducta, viendo si es solo un instrumento electoral o, como reclaman las circunstancias se convierte en la dirección política y sindical de sus intereses genuinos!

Por eso sería trascendental que los partidos del Frente de Izquierda salgan a impulsar juntos un Plenario Único del Activismo Combativo. 

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